Ya no me duelen todas las cosas que ayer me podían molestar.
Son cajones que se cierran para que nadie los vea, son palabras que no pude decir. Pero ya no me importa porque nada me toca y no hay nada vivo dentro de mi.
Ahora el piso es de nubes y me asomo cada tanto a espiarte desde donde estoy.
El barrio se ilumina y la noche se hace dia, brilla como un árbol de navidad.
Y estoy alto, muy alto y las luces de los autos que se frenan cada tanto y vuelven a arrancar. Y veo…a la gente corriendo como una coreografía sin fin.
Y vuelo….como en una avioneta. El olor a fugazeta que cocina mamá, y me acuerdo de aquel día en que me decías “si pudieras ser un pájaro que harías?”.
Ahora que floto y no siento lo que toco y la gente no me ve pasar… voy a aprovechar para ir a buscarte y contarte como es todo por acá.
Yo te digo esperando porque nada me apura y algún día todos vienen para acá.
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